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¿Cómo se dice batería en alemán?

  • Foto del escritor: Carlos Navarro
    Carlos Navarro
  • 22 oct 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 31 mar

A algunas personas no diabéticas les parecerá increíble el grado de dependencia que los diabéticos – sobre todo los insulinodependientes – tenemos con nuestros sistemas de medición de glucosa. No se pueden tomar decisiones sobre el tratamiento de diabetes sin ellos. Entiendo que suena un poco descorazonador, pero o sabes cuánta glucosa lleva tu sangre en un momento determinado o con toda probabilidad tu tratamiento se desviará a caminos desconocidos y muy probablemente indeseables.


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Les contaré una anécdota para ejemplificar esto. Viajaría a Múnich, Alemania, para una conferencia a la que me habían invitado. Hacer un viaje intercontinental de Puerto Vallarta a esa ciudad del sur alemán pasando por un par de ciudades de Estados Unidos tiene sus complicaciones, mucho más para un diabético insulinodependiente. Después de una noche en Los Ángeles y una escala en Filadelfia, en donde me encontré con mis colegas de la Ciudad de México, por fin volábamos sobre el Atlántico hacia Europa. Cuando viajo no requiero más que de uno solo de mis cuatro glucómetros. Siempre llevo el más pequeño, que en mi muestrario es el One Touch Ultra Mini.

 

Así es que pensé que era prudente saber con qué nivel de glucosa llegaba yo a tierras alemanas unos minutos antes de aterrizar. Así que me dispuse a hacer una prueba de glucosa ahí mismo en el avión que ya iniciaba el descenso. ¡Qué sorpresa me llevé al ver que mi glucómetro no encendía! ¡Lo había estado usando sin problemas ya por dos días de viaje! Sacudirlo varias veces no sirvió de nada, intentar con nuevas cintas reactivas tampoco. La batería se había agotado. Mi más confiable aliado para la administración de la diabetes decidía "ponerse en huelga" en el exacto momento en el que yo llegaba a Europa. "No me hagas esto ahora y aquí," lo amonesté; por respuesta no recibí más que una vacía y fría indiferencia.

Perder mi glucómetro momentáneamente en mi propia ciudad es relativamente manejable; que esto suceda en un lugar lejano con un idioma desconocido no lo es tanto. En situaciones inesperadas como ésta es muy importante que hayas comunicado a los demás las demandas que la diabetes te impone. Debo decir que cuando informé a mis tres compañeros de viaje que había que conseguir esa batería Cr2032 de 3 voltios ahí mismo en el edificio terminal antes de proseguir nuestro camino hacia la ciudad, ellos pausaron un momento para evaluar la situación (alguien de nuestra comitiva estaría esperándonos pronto) y pronto resolvieron no sólo que esa búsqueda se haría, sino que la llevaríamos a cabo juntos. Qué reconfortante respuesta para un diabético frustrado de que su glucómetro había decidido "irse de vacaciones a Alemania".

Mis compañeros de viaje me ofrecieron un apoyo increíble.
Mis compañeros de viaje me ofrecieron un apoyo increíble.

Así fue como recorrimos el aeropuerto, uno de los más bellos y organizados que he visto, y por supuesto encontramos una tienda de artículos electrónicos. Caray, pensé, “¿cómo se dirá “batería” en alemán?” Al momento, una bella y eficiente empleada entendió, en inglés y sin problemas, lo que buscábamos. ¡Listo! No sólo ubicó la batería requerida en unos minutos, sino que me ayudó a colocarla en el glucómetro, algo que yo no había hecho nunca.

 

Los glucómetros tienen características diferentes según sus fabricantes y sus tamaños. Cuento con otro glucómetro One Touch de mayor tamaño que sí ofrece un aviso de "batería baja", a diferencia de la versión pequeña que yo llevé a Alemania. Eso es un poco molesto porque hay que apagarlo después de leer el mensaje – que queda claramente afirmado – y después volverlo a iniciar para poder usarlo; sin embargo, esa contundencia ofrece un poco de urgencia y de tiempo, usualmente unos dos días de funcionamiento, para reemplazar las baterías (este modelo más grande utiliza dos Cr2032).

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Después de mi experiencia europea con el One Touch Mini me he vuelto un poco más precavido – las malas experiencias diabéticas no tienen sentido si no aprendemos – y ahora compro un paquete de baterías para lidiar de inmediato con imprevistos, en casa o en cualquier lejano destino. Además, resulta que la otra marca de glucómetro que uso, Accu-Chek, también usa ese exacto tipo de fuente de poder. También confirmé mi decisión de llevar siempre conmigo repuestos de baterías AA como las que usa mi microinfusora de insulina. Como bien ven, afortunadamente no todo fue tragedia en esta accidentada historia de viaje.


 
 
 

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