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El reto de ser un diabético optimista

  • Foto del escritor: Carlos Navarro
    Carlos Navarro
  • 8 ago 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 31 mar


Cómo me gusta explorar las profundidades a través del buceo.
Cómo me gusta explorar las profundidades a través del buceo.

Escribir con optimismo acerca de la diabetes no es tarea fácil. Encontrar el "lado bueno" de una condición crónica como esta, en cualquiera de sus tipos, puede prestarse a malentendidos.


Pero estoy seguro de que vale la pena. He tenido diversos llamados a hablar sobre la diabetes. La inspiración para escribir este blog ha venido de amigos, quienes al escuchar mis anécdotas y experiencias – con frecuencias comunes para mí, pero "increíbles" para ellos – me han dicho: "deberías escribir un libro". Ellos me han retado a "develar" los "misterios" de mi diabetes, esa "parte oculta" de los que vivimos con esta condición y que, he descubierto, no es inmediatamente evidente para todos.


Tuve un poco de reservas iniciales para decidir hablar sobre la diabetes. Por un lado, no soy ni médico ni científico; y por otro no tengo tampoco la "verdad absoluta" sobre esta enfermedad. Me gusta mucho leer a autores como Anthony de Mello, quien en su libro Conciencia nos dice: "En ocasiones, el que sabe no habla; el que habla, no sabe". El escritor mexicano Gabriel Zaid (“Los libros y la conversación”) nos invita a convertirnos “en educadores por la vía socrática de la conversación” y compartir con otros lo que hemos aprendido, lo que hemos vivido. Me parece un compromiso compartir mi larga y profunda experiencia de vida diabética. Me arriesgo a alzar la voz y decir que la diabetes, aunque un reto formidable para cualquier persona, es también una inesperada "ventana de oportunidad" para desarrollarnos como personas más completas.


Otras inspiraciones han sido los muchos blogueros y "activistas diabéticos" que me han compartido sus conocimientos, intuiciones, alegrías, dudas y esperanzas sobre la condición de la diabetes – y de los diabéticos – en este siglo XXI. Respeto y aprecio su valentía y contundencia al compartir sus retos y subir mis ánimos. Aunque estemos lejos de una cura definitiva, contamos hoy con muchos más recursos para llevar una vida saludable.


Cuando Riva Greenberg propone un "Enfoque para Florecer" en diabetes, yo entiendo perfectamente su mensaje. Lejos de ver a esta condición médica como una "condena definitiva", Riva se esfuerza por hacernos ver que la vida puede ser maravillosa "no a pesar de la diabetes sino gracias a ella". ¡Qué mensaje tan revelador y renovador! Quizá es un poco utópico, pero estoy absolutamente de acuerdo con ella en que puede ser una realidad palpable y disfrutable.


Cuando leo a Óscar López de Briñas Ortega, el "Jedi Azucarado", quien nos dice que intenta "conseguir que quienes me sigan se conviertan en pacientes activados y empoderados" comprendo que el nivel de salud y realización que tengamos como personas diabéticas depende mucho de nosotros mismos, sin importar el tratamiento al que tengamos acceso.

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Sucede igual con Adam Brown, quien nos dice contundentemente: "un resultado de glucemia no es un juicio sobre tu carácter, es una pieza de información sobre la que hay que actuar." Qué esperanzador y liberador el mensaje de su libro Señales de luz y minas: la guía sobre diabetes que ojalá alguien me hubiera dado. Tener 310 mg/dl de azúcar no te define como persona; tampoco leer un 100 mg/dl en tu sistema de monitoreo. No somos mejores o peores personas por tener diabetes, pero aportaremos más al mundo cuando nuestra acción en cuanto a la diabetes sea más informada, positiva y consciente. ¡Gracias Adam!


He aquí el mensaje de optimismo al que me adhiero. Es esencial tener la convicción de no convertirme en víctima y arruinarle la existencia a los demás "por mis terribles sufrimientos". Está en nosotros ser diabéticos preparados, productivos, realizados, optimistas y felices.


 
 
 

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