Los diabéticos no estamos rotos

Creo que no extraño mucho las épocas de "televisión por cable" y menos las de "televisión al aire", con seguridad muchos jóvenes de hoy ni siquiera saben de lo que estoy hablando. En la explosión de contenidos que el "streaming" nos ha traído he encontrado ejemplos de una "nueva televisión" que, para bien y para mal, formateamos a nuestro gusto. Aunque me considero más un "nerd de lo escrito" que un "entusiasta de la televisión", en este nuevo sistema he encontrado excelentes programas que, en mi opinión, dejan huella en nuestras conciencias.

Ese fue el caso con un episodio de la serie "New Amsterdam", producida por la NBC y retransmitida, convenientemente, por Netflix. El capítulo 19 de la segunda temporada, transmitida en 2019 y titulada "Feliz Lugar", nos muestra al Psicólogo Iggy Frome (Tyler Labine) conversando con su paciente Jemma (Lizzy Declement), quien ha sufrido abuso y vejación en su niñez y adolescencia. El Dr. Frome la da de alta y al despedirse, mirándola a los ojos, le dice: "Sólo trata de recordar una cosa: nunca estuviste rota". La escena cierra con un abrazo afectuoso y solidario entre ambos.

Retomo esa frase con más especificidad: "Los diabéticos no estamos rotos". Con frecuencia, lo que está roto es un sistema de salud que prefiere inmensas ganancias en tratamientos y equipos en vez de invertir en investigación para una cura definitiva; un ambiente que culpa al diabético por su situación en lugar de educarle, asistirle, inspirarle y abrazarle; un mercado alimentario que pone al frente las bebidas gaseosas y golosinas, antes que las frutas y las verduras.

Y "porque nunca estuvimos rotos" estoy seguro de que seguiremos conviviendo con nuestra condición de manera positiva, proactiva y exitosa. Pero también continuaremos demandando, con nuestras voces y nuestras acciones, un mejor sistema para tratar la diabetes y pronto empezar a curarla.